Síntomas

 

Las personas que suelen padecer esta enfermedad comienzan a comportarse de manera diferente, mirarse constantemente en el espejo, pesarse muchas veces al día, hablar todo el día del físico y pensar todo el tiempo cómo lo van a mejorar. La percepción que tienen de su cuerpo no corresponde a la realidad, se aíslan, cambian su dieta ya que rechazan los alimentos grasos e incorporan gran cantidad de proteínas e hidratos de carbono, y comienzan a realizar ejercicio de manera continua y exagerada.

 Es difícil detectar un vigoréxico, porque la gente no está totalmente concientizada sobre este trastorno y recién comienzan a percatarse luego de mucho tiempo, cuando aparecen anomalías en la apariencia física de la persona y el trastorno ya está en una etapa avanzada.